miércoles, 1 de febrero de 2012

Los empeños de Ixtláhuac

La política en Zitácuaro 



De piel sensible resultó el ex alcalde y precandidato a la diputación federal, Antonio Ixtláhuac Orihuela. Y lo demostró cuando el compañero Samuel Ponce se refirió a él y al dominio que su familia quiere imponer, políticamente, en Zitácuaro; ello con relación a su adversario, que en este caso es el empresario Alfredo Vilchis Alvarado.
Ixtláhuac, quien está más que puesto para la candidatura, no esperaba un adversario de cuidado para la interna del PRI, ni que éste le disputara los reflectores de los medios; mucho menos que se le hicieran señalamientos en los medios estatales, así fueran aislados.
Antonio Ixtláhuac Orihuela
Antonio Ixtláhuac OrihuelaY es que a nivel local pretende dar una imagen de humildad y mesura, como lo refleja en las entrevistas a modo que le realizan en medios de comunicación incondicionales, en las que señala más o menos lo mismo: que pone “su capital político” al servicio de su partido… bla, bla, bla.
Sin embargo, por otro lado, muestra su desesperación por el hecho de poderse quedar sin la ansiada candidatura, así como su poca tolerancia. Un incidente suscitado esta semana entre Ixtláhuac y el principal columnista de Cambio, Samuel Ponce, lo refleja.


Veamos. El pasado miércoles se publicó en la columna Acueducto, en Cambio de Michoacán, un artículo con el fuerte título “El estigma de los Orihuela”. El comentario principal de la colaboración a cargo de Samuel Ponce Morales no excedía de un párrafo, que decía así:
“En Zitácuaro, en donde los Orihuela han reforzado su cacicazgo político (sic), cuyo inicio, como el de casi todos, no fue del todo pacífico, uno de sus opositores al interior del PRI, Alfredo Vilchis Alvarado, de nueva cuenta tratará de buscar la candidatura a diputado federal. Y es que en más de una ocasión, los Orihuela han impedido -no exactamente a sangre y fuego, políticamente hablando- que el empresario transportista logre sus aspiraciones…”.
Samuel Ponce no inventó el hilo negro. Sólo se limitó a reproducir lo que refleja el ambiente político del distrito: que Alfredo Vilchis será el rival, quizá el único de peso, que le disputará a Antonio Ixtláhuac la candidatura a la diputación federal.
Y es que no sólo tiene dinero, sino también cercanía con Peña Nieto, dado que en su empresa transportista tiene su sede en la capital mexiquense y no ha dudado en poner sus vehículos a disposición del PRI cuando se han requerido. Dicho sea de paso, cuenta con respaldo de algunos líderes tricolores estatales.
Así que el comentario realizado por Ponce molestó a Ixtláhuac, no porque no sea cierto, sino porque le dio difusión estatal a un asunto que el ex alcalde quisiera que se quedara en el ámbito local.
La respuesta no se hizo esperar. Y no fue nada delicada, como lo reprodujo el mismo Samuel Ponce en la columna Acueducto que se publicó al día siguiente: es decir, el jueves pasado:
“Toc, toc… En forma altanera y retante, un asistente del ex edil Antonio Ixtláhuac Orihuela me dijo que el comentario intitulado “El estigma de los Orihuela” fue “estridente”, que cuánto me había pagado Alfredo Vilchis Alvarado y que claro, en la lucha por la candidatura priísta a la diputación federal por Zitácuaro su jefe ganará…”.
Mal por no aceptar la crítica, sea o no atinada. Por reaccionar violentamente. Por mostrarse intolerante, y sobre todo, por servirse de terceros, de “asistentes” para contestar y mandar su mensaje, nada político, por cierto…

Ricardo Rojas/ Zitácuaro

No hay comentarios:

Publicar un comentario