La política en la Ciénega
No bastaron los conflictos
registrados a lo largo de las dos últimas semanas en cuanto a la descarga de
aguas residuales de Jiquilpan a Sahuayo; no bastan los casos de enfermedades
registrados derivados de ese problema; no. Lo que importa es el afán de
protagonismo de las asociaciones civiles de Jiquilpan que, en un acto de
suprema soberbia, pretenden representar a la sociedad para determinar qué
obras, a su juicio, deben tener prioridad.
En días pasados, las
asociaciones civiles Mujeres Unidas por Jiquilpan y el Consejo Ciudadano de
Jiquilpan se reunieron con el diputado local José Eduardo Anaya Gómez para
externar que, a su juicio, las obras de la plaza principal de Jiquilpan y el
reforzamiento de las acciones en las Áreas Naturales Protegidas del Parque
Juárez y el Bosque Cuauhtémoc deberían ser prioritarias en este municipio.
Y es que esta petición es
lógica, si se toma en cuenta que la mayoría de los y las notables que integran
estas agrupaciones viven en la zona centro de la ciudad, lo que los mantiene
alejados de aquellas colonias donde los drenajes corren a cielo abierto, donde
la tierra en temporada de estiaje y el lodo en las lluvias cubren los pies de
los ciudadanos, donde los servicios públicos municipales son harto deficientes,
donde la seguridad pública es una quimera y donde las posibilidades de desarrollo
humano se reducen a menos que cero.
Valdría la pena preguntarse
cuál es el sustento jurídico, de manera concreta del Consejo Ciudadano de
Jiquilpan, ya que este órgano, considerado dentro de la Ley Orgánica Municipal,
debe integrarse a convocatoria pública del presidente municipal, lo que no ha
ocurrido.
Al margen de la validez
legal, tendríamos que cuestionar el peso moral de estas organizaciones
“apolíticas”, que la mayoría de los casos se reactivan sólo en los procesos
electorales.
Evidentemente en este tema
como en muchos otros, existen lagunas legales que permiten la impune operación
de estos grupos que a ciencia y paciencia, frenan proyectos sociales que
busquen erradicar el clasismo existente en este municipio e impulsar, en
cambio, aquellos proyectos que remiten a la división social vigente en este
municipio desde el porfiriato.
En fin, pese a los intentos,
las campañas a la diputación simplemente no prenden a unas semanas de
realizarse la elección federal y vaya que los aspirantes a la diputación, al
menos los tres con verdaderas posibilidades, han sabido poner el dedo en la
llaga aunque en muchas ocasiones más por cortesía que por verdadera convicción.
Decíamos en entregas
anteriores, que un punto de quiebre en estas campañas sería el debate y parece
que más a fuerza que de gana los aspirantes sostendrán dos “confrontaciones de
ideas” y es que en ese tema, mientras los operadores de la campaña priísta ven
estos encuentros como la oportunidad de empujar el último clavo en el ataúd de
las aspiraciones del PAN y PRD, merced a la experiencia del candidato priísta
en esta lides, sí existe cierta resistencia por parte de los panistas y
perredistas, debido a que sus jóvenes aspirantes carecen de las “tablas”
necesarias para salir airosos de estos compromisos.
Sin embargo, podría aparecer
en estos debates el caballo negro y
es que la candidata por Nueva Alianza, Norma Angélica Dueñas, no es novata en
eso de hablar ante más de 100 personas y pudiera ser quien evitara que el priísta
Salvador Romero fuera prácticamente declarado ganador de la contienda.
Por cierto que este tema de
los debates ha servido también para desatar un encuentro entre las empresas
proveedoras de servicio de televisión por paga en el distrito, que si bien
buscan lo mismo (reunir a los aspirantes) es la forma la que los distingue,
pues mientras la representante de Megacable
en la región hará el encuentro prácticamente a puerta cerrada en sus estudios
de Jiquilpan, TV Rey ha anunciado el
evento en la Casa de la Cultura de Sahuayo con aforo de más de 200 invitados.
José Luis Ceja Guerra/Ciénega
No hay comentarios:
Publicar un comentario