miércoles, 15 de agosto de 2012

Suprema Junta Nacional Americana, en el olvido

La política en Zitácuaro

El aniversario de la Suprema Junta Nacional Americana debería ser una de las principales celebraciones cívicas del país, consideran los zitacuarenses y algunos historiadores. Y es que se trató del primer ensayo del México independiente. Pero, nuevamente, a 101 años de su instalación, su celebración volverá a ser ignorada en prácticamente todo el país; inclusive en el estado.
Se esperaba que este año fuera diferente, ya que aunque tuvieron que pasar 100 años, por primera vez se incluyó la fecha del 19 de agosto en el calendario cívico oficial nacional.




Para ello, el entonces diputado federal Mario Vallejo Estévez gestionó durante toda la Legislatura que se reconociera esta fecha a nivel nacional. Lo logró, pero todavía pasaron varios años para que el punto de acuerdo fuera aprobado por el Senado, en donde a ninguno de los legisladores michoacanos les interesó impulsarla.
No obstante, el año pasado, con motivo del centenario, se logró la inclusión en el calendario cívico nacional para este 2012. Sin embargo no ha pasado gran cosa. Se trata de una fecha más.
La idea de los zitacuarenses preocupados por el nulo reconocimiento a la gesta que tuvo lugar en esta ciudad el 19 de agosto de 1811, era que el propio gobierno federal impulsara su celebración. Pero no.
El presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, ni siquiera asistirá al acto cívico central con el que cada año se recuerda, en esta ciudad, a la Suprema Junta. Esto a pesar de habérsele invitado con suficiente anticipación. Incluso se dice que el representante federal será un funcionario de bajo nivel, de la talla de un delegado estatal.
Pero, ¿por qué a nivel federal no se le da la importancia a este primer gobierno impulsado por un grupo de independentistas en contra de la monarquía hispana? Se supone que su importancia será de la talla del Congreso de Chilpancingo, de la Constitución de Apatzingán o del propio Grito de Independencia.
El problema es que detrás de la Suprema Junta no estuvo ninguno de los “grandes” héroes nacionales, es decir, ni Hidalgo, el Padre de la Patria; ni Morelos, el Siervo de la Nación.
La Junta se trató de un movimiento encabezado por Ignacio López Rayón, quien luego de que Hidalgo fuera fusilado, retomó el movimiento cuando parecía que la llama se iba a extinguir.
Se parapetó en Zitácuaro en momentos en los que los españoles retomaban el control de las zonas conquistadas por Hidalgo. Luego, en una asamblea con los principales caudillos regionales, decidieron declarar la Independencia de México y formar un gobierno nacional.
Por votación, Ignacio López Rayón fue electo presidente. Morelos, cuyo liderazgo se encontraba en crisis, fue invitado, pero no asistió, aunque prometió respaldar los acuerdos.
La Suprema Junta emitió leyes llamadas elementos constitucionales. Se emitió una moneda y se organizó el gobierno de las regiones controladas por el movimiento. Se trató, en suma, de la primera presidencia nacional, cuya capital fue Zitácuaro.
Obvio, la Junta duró sólo unos meses porque esta ciudad fue sitiada por el Ejército español, conquistada, arrasada y quemada, con la orden de que no quedaran ni los cimientos. Pero ahí estuvo el antecedente.
Cada año los historiadores y personajes nacionales que tienen a su cargo el discurso oficial (de la talla del ya fallecido Carlos Monsiváis), afirman que el país tiene una deuda con Zitácuaro, por la sangre derramada por la lucha independentista. Cierto, pero no hay intención de pagar esa deuda, ni con el reconocimiento del esfuerzo que la Junta implicó.
Por: Ricardo Rojas

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