En los umbrales del
2013, Huetamo se prepara para celebrar el Primer Centenario del Levantamiento de
Armas de la Revolución Mexicana de su preclaro y dilecto personaje José
Rentería Luviano, quien ostentara el grado de general y del que en su memoria,
el mercado municipal lleva su nombre, así como también el primer centenario del
sacrificio del ciudadano Arnulfo Salinas
Jaramillo, sin olvidar el nacimiento en Turitzio del ilustre profesor
rural José Ramírez Maldonado y también del nacimiento en Santa Cruz de
Villagómez de quien fuera dos veces presidente municipal de Huetamo, el siempre
bien recordado Adolfo Pérez Molina.
Ya metidos en los
entretelones de la política local, la población valora en gran medida el alza
de los bonos de tres políticos locales de moda: en primerísimo lugar, la
alcaldesa Dalia Santana Pineda, quien cuenta con todas las simpatías del
gobernador Fausto Vallejo Figueroa y la hoy reforzada estructura política
tricolor michoacana, y según los decires de Juan Pueblo, la popular señora cuenta también con la simpatía del mandamás
mexicano, Enrique Peña Nieto, lo que mantiene dentro de un marco de buenas
expectativas a los siempre politizados habitantes del gran Valle de los Pirindas;
aunque, también es notable saber que la otra parte del pastel político priísta
está en manos del poder del secretario de Gobierno, el también huetamense Jesús
Reyna García y, con él, de su segundo en el mando, Fernando Cano Ochoa.
Así, sólo sería
cuestión de afinar detalles de la fina maquinaria política del PRI local para
buscar la forma de atraer a este atrasado municipio muchas cosas de las
que requiere Huetamo para iniciar su
despegue y concluir, por ejemplo, el postergado relleno sanitario, construido a
medias por otras administraciones, y que requiere de varios millones de pesos
para su conclusión.
En circunstancias
semejantes, se encuentran también el nuevo rastro municipal y el siempre soñado
proyecto de un verdadero sistema de tratado de aguas negras y su necesario
cárcamo general, y ¡hasta la multicitada y utópica Presa de Chihuero!; ésa de
la que sólo se dice que dado que Fausto no tiene lana, Huetamo no tendrá presa,
pero aquí es donde entran las otras dos figuras políticas locales.
Sin embargo, dicho par
de figuras están dentro del hoy atribulado PRD, que no puede reconciliar el
sueño a sabiendas de que don Peje sigue entretejiendo sus planes de conformar
el partido político Morena; si bien, proyectos
atorados para su tierra natal, como la truncada pavimentación del tramo
carretero Puertas Cuatas -en Zirándaro- puede consolidar desde sus trincheras
curulescas el diputado local Elías Ibarra Torres, hoy convertido en el moderno
caballo negro de su fracción perredista, apoyado en una intensa actividad
proselitista municipal, buenas relaciones mediáticas y dueño al fin de un
carisma que le podría traer ese anhelado liderazgo político.
Para tal fin, se
deberían también limar asperezas con el diputado federal Antonio García Conejo,
la otra gran esperanza política en la que muchos huetamenses tienen puestas sus
esperanzas, dado que desde San Lázaro, el ex alcalde amarillo de Huetamo deberá
sacarse esa espina que tiene clavada con este municipio; no obstante, tal como
se ve, ni el diputado Elías ni el buen Antonio mantienen buenas relaciones con nuestra
alcaldesa municipal priísta Dalia Santana Pineda, en virtud de que ambos
legisladores le dieron un soberano plantón en su Primer Informe de Gobierno,
detalle que como se ve no pasó desapercibido por los “tunde máquinas regionales”,
pero la moneda está en el aire.
Condolencias:
Desde
estas líneas enviamos nuestras más sinceras condolencias a Fernando Cano
Valdez, ex titular de Rentas de Huetamo por el sensible fallecimiento de una de
sus hermanas el pasado 12 de diciembre en Salamanca, Guanajuato; y también a
Sergio Benítez Rojas por la muerte de su señor padre en Huetamo, el pasado 23
de diciembre; deseándoles a ambos personajes una pronta resignación y consuelo.
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