lunes, 18 de febrero de 2013

Los motivos de los lobos…


Tres temas llamaron la atención de la clase política esta semana: La promoción de Salvador Romero, la ausencia de Francisco Mora en la visita a Jiquilpan de Silvano Aureoles, y el desencuentro entre el edil de Jiquilpan y el Secretario de Turismo, tres temas que dejan al mismo tiempo verdades tangibles y enormes dudas.
Para nadie es un secreto que el nombramiento del diputado federal por el Distrito de Jiquilpan, Salvador Romero Valencia, como vicecoordinador de atención ciudadana del grupo parlamentario del PRI, obedece fundamentalmente a sacarlo del golpeteo que traían contra él varios diputados federales del tricolor en Michoacán, además de que, dada su cercanía con el coordinador Manlio Fabio Beltrones Rivera, no se descarta que se esté haciendo ya el cultivo de al menos uno de los fuertes aspirantes del tricolor al Solio de Ocampo en la próxima contienda estatal.

Pero, además, el desgaste en el terreno doméstico derivado del desencuentro con el edil panista de Sahuayo, ponía a Romero Valencia en una postura demasiado vulnerable e incómoda, como para pensar proyectarlo a situaciones políticas de mayor envergadura.
Quedan sin embargo las dudas sobre si hubo o no una mano que meciera la cuna para lograr la renuncia de Romero Valencia a la coordinación de los diputados federales priistas michoacanos, ya que nunca se comprobó, ni se negó tampoco, aquella misiva supuestamente firmada por sus coordinados en la que le desconocían como líder del bloque michoacano.
A lo mejor en materia de trabajo legislativo, el trabajo de los hasta ahora coordinados por Salvador Romero, fue similar al del priista jiquilpense, la diferencia fue, y quizá esto fue lo que ocasionó su renuncia, fue el liderazgo que logró ejercer con 13 de los 14 municipios de su distrito gobernados por los tres principales partidos políticos de este país.
Hasta hace algunos meses era imposible en el imaginario colectivo disociar las imágenes de Silvano Aureoles, coordinador de la fracción parlamentaria del PRD y la de Francisco Mora, hoy ex edil de Jiquilpan; era tal la unión de estos personajes que durante los cuatro años del gobierno municipal de Mora Ciprés Silvano Aureoles era invitado recurrente a los agasajos y reuniones organizados por el munícipe al grado de que en el marco de los festejos por el Bicentenario y el Centenario de la Guerra de Independencia y de la Revolución Mexicana, respectivamente, Mora Ciprés ordenó suspender el desfile a medio desarrollarse para obligar a la gente presente en el estadio municipal a escuchar el discurso del entonces Senador Silvano Aureoles lo que le generó la rechifla popular.
Sin embargo durante la visita realizada por el diputado Aureoles Conejo a la ciudad de Jiquilpan, su otrora inseparable alfil brilló por su ausencia, lo que refuerza los rumores del rompimiento total de estos actores políticos y más porque el legislador arribó a la región acompañado de Pascual Sigala Páez, que no es precisamente santo de la devoción del político jiquilpense; entre otras cosas el legislador acudió al destape de uno de los aspirantes a la presidencia del comité municipal del PRD, que es justamente conocido en la región por ser un producto político de Mora Ciprés y es ahí donde entran las malditas dudas… ¿Si es real el rompimiento entre Silvano y Francisco Mora, por qué entonces el legislador bendijo el destape del representante de uno de los grupos más representativos del ex alcalde? ¿Se le rebelaron los peones políticos a Mora o es una de tantas charadas a las que nos tienen acostumbrados?
Los que de plano se pusieron los guantes y le entraron sabroso a los desencuentros verbales, son el Secretario de Turismo Roberto Monroy, y el edil de Jiquilpan, Francisco Álvarez, en el tema de los Pueblos Mágicos.
El asunto es que insistentemente cuando se habla de este programa, Roberto Monroy, se refiere a Jiquilpan no en los mejores términos y machaca una y otra vez sobre el condicionamiento de Jiquilpan para continuar en este programa; el asunto es que era tanta la insistencia que, con todo y que es un tipo tranquilo y en ocasiones demasiado mesurado, el presidente de Jiquilpan reventó y pidió más madurez en las declaraciones del funcionario estatal y le reclamó que en lugar de  estar dando este tipo de declaraciones, se ponga a trabajar para aterrizar los cursos de capacitación que ya se tenían convenidos con la Secretaría de Turismo.
La cuestión es que ahora para conservar su nombramiento, el municipio de Jiquilpan tendrá que remar contra el tiempo, contra la apatía del Comité de Pueblos Mágicos, contra la belicosidad de los grupos que no quieren al comité de pueblos mágicos y parece que hasta contra el Secretario de Turismo, al que parece no haberle caído bien el nombramiento del municipio perredista de Jiquilpan, como el octavo pueblo mágico de Michoacán.
El remate: ¡Maldita sea!  Si los off the record pudieran hablar

José Luis Ceja Guerra

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