La
mañana del sábado 2 de febrero, la figura desgarbada del obispo Raúl Vera López
atraía la admiración de una multitud peregrina católica presente en el
santuario mayor de San Lucas, conocido por algunos como el “peregrinódromo”. Junto
con el obispo Maximino Martínez Miranda iniciaban la celebración de una misa en
honor de la fiesta de La Candelaria, y asimismo por las bodas de plata
obispales, luego de que fuera ordenado obispo de la diócesis de Altamirano en
1988; por eso, al escuchar su mensaje, recordaba que el haber conocido en carne
propia la extrema pobreza que se vivía en esta zona de la Tierra Caliente de
Michoacán y Guerrero, esa dolorosa imagen se la llevaba impresa en el
sentimiento al ser enviado a San Cristóbal de las Casas en apoyo del obispo
Samuel Ruiz, sólo para darse cuenta de que también allá imperaba la injusticia,
la sinrazón y la pobreza, y que a pesar de que su misión allá era como una
especie de apaga-fuegos, por el contrario, ante ese cuadro demoledor prefirió
encender la hoguera al darse cuenta de los atropellos que se cometieron en la
matanza de Acteal, hasta que se le ordenó marchar a Saltillo, donde se
desempeña en la actualidad.
Fray
José Raúl Vera López nació el 21 de junio de 1945 en Acámbaro, Guanajuato, e
ingresó al Seminario una vez concluida su carrera universitaria a los 23 años,
detalle que lo convirtió en un personaje tanto eclesial como institucional,
dado que tiene la virtud de no ser clerical, y de esa forma Vera se tituló de
ingeniero químico en la Universidad Nacional Autónoma de México, donde recuerda
que era un estudiante que no se perdía las marchas estudiantiles y vivió una
doble politización: la universitaria y la católica, sin dejar de reconocer que su
opción sacerdotal está marcada socialmente por el 68; por eso en San Lucas,
frente a más de siete mil personas que lo escuchaban, recordaba con lujo de
detalle sus inicios como obispo en Altamirano, sus experiencias en Huetamo,
Zirándaro, Arcelia, Coyuca, Tlapehuala, Cutzamala y Tejupilco.
No
olvidó que a su llegada a la cuenca del Balsas generó molestias entre la
oligarquía imperante, y que tuvo que remontar muchas adversidades; sin embargo,
una frase acuñada por el primer obispo de Altamirano, el también guanajuatense
don Juan Navarro, quien soñaba con que Altamirano contara con la diócesis más bella
del mundo, pensaba que tal sueño era posible y que a pesar de que ahora se
encuentra distante de esta región, desde Saltillo sigue trabajando en pro de
las personas más desvalidas, criticando las injusticias de gobiernos corruptos,
sin dejar a un lado la función del IFE, al que criticó de frente y sin
contemplaciones por carecer, según su punto de vista, de calidad moral, lo
mismo que la figura de Elba Esther Gordillo y su sindicalismo magisterial.
A
pregunta expresa de que si consideraba que Peña Nieto no privatizaría el
petróleo, con desparpajo chaplinesco
dijo “¡ay hijo, dijeron que no aumentaría el precio de la tortilla y al otro
día lo aumentaron!”. Y no se fue de San Lucas sin criticar la postura de los
fiscalizadores del IFE frente al problema de los rebases de topes de campaña,
ni la situación que predomina en el caso Monex; y por si fuera poco, al final
declaró culpables a los empresarios del Grupo México respecto a la tragedia de
los mineros de Pasta de Conchos, allá en Coahuila.
Vera
recibió el Premio Rafto 2010, otorgado por la Fundación Rafto por su compromiso
en la defensa de los Derechos Humanos; y para el año 2012, el ex obispo de
Altamirano fue uno de los cuatro finalistas al Premio Nobel de la Paz.
Tips…Tips…Tips:
Mediante un comunicado emitido por el Instituto Mexicano de Evaluación (IMDE) y
dirigido a la alcaldesa de Huetamo, Dalia Santana Pineda, se le notificada que
era ganadora del Premio Tlatoani 2013 como mejor Presidente Municipal, dentro
del ramo que comprende la ecología. Esta noticia levantó encendidos elogios y
felicitaciones para la galardonada por la decisión de sembrar árboles en
Huetamo, motivo central del reconocimiento nacional.
Tips…Tips…Tips:
Los diputados integrantes del grupo parlamentario del PRD en la LXXII
Legislatura, lamentaban esta semana que el gobernador Fausto Vallejo Figueroa
olvide su responsabilidad institucional y emita posturas basándose en
conjeturas y especulaciones no comprobadas, además de que se utilicen pretextos
para no recibir a los alcaldes perredistas, que desde el martes permanecían
afuera de Casa de Gobierno en espera de una audiencia; entre ellos Miguel
Rentería Galarza, de San Lucas, y Jaime Conejo Cárdenas, de Carácuaro.
Ángel Ramírez Ortuño
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