Elecciones 2015, especulemos. Aunque falta tiempo, de entrada podríamos
decir que no habrá nada nuevo bajo el sol, que nombres conocidos como de los
Juan Carlos, tanto Campos Ponce como Orihuela Tello, estarán entre los
candidatos.
Claro, aún no es tiempo. Todavía falta mucho para el próximo proceso
electoral; sin embargo, para los políticos, posicionarse para una candidatura o
un cargo futuro comienza a convertirse en una obsesión, en una inquietud que
les quita el sueño.
De entrada, podemos decir que a nivel local, las candidaturas se
definirán en favor de quienes tengan un poco de capital político, unas cuantas
alianzas con grupos de poder y, eso sí, mucho, mucho dinero (propio o del
erario, es igual).
Las próximas elecciones de mediados de 2015 no serán diferentes de las
de 2011 y 2012: el triunfo se comprará con dinero, porque igual, sin
convicciones y sin dinero, los votos estarán a la venta.
Así que la pelea entre los aspirantes estará, primero, en conseguir la
candidatura al interior de sus partidos y después, hacer alianzas (cobrar y/o
comprar favores) y repartir el dinero en puntos clave para asegurarse el
triunfo.
Tal como están los partidos, a nivel municipal el PRI será el instituto
político más fuerte. Independientemente del buen o mal trabajo de las
autoridades emanadas de ese partido, de la falta de dirigencia real, la
cuestión es que los otros partidos grandes, el PAN y el PRD, están peor.
El PAN, que a nivel nacional está envuelto en una difícil crisis de
identidad, una guerra de facciones, en el municipio (y en el distrito) casi ha
desaparecido. No tiene liderazgos ni estructura ni goza de la fama pública que
tenía en el pasado.
De hecho será difícil para este partido encontrar candidatos
suficientes y competitivos para que lo representen en las elecciones para la Presidencia
Municipal y las diputaciones local y federal.
Quizá los haya, pero en este momento no se vislumbra a alguien,
especialmente que tenga aceptación social y capital económico suficiente para
emocionar al electorado zitacaurense. El desprestigio en el que está envuelto
el partido (y las críticas a la gestión de Felipe Calderón, como presidente de
la República) le ha pegado duro.
El PRD también está hecho ruinas. No sólo por falta de liderazgos, por
la atomización provocada por la abundancia de “tribus” y sus constantes pleitos
entre ellos. También por el desprestigio arrastrado por su trabajo (pésimo,
diríamos en este medio) al frente del gobierno estatal; especialmente, el de
Leonel Godoy.
Lo que queda del PRD en Zitácuaro es dominado por Silvano Aureoles
Conejo, el diputado y personaje tan polémico en el municipio. En la pasada
elección, como todos sabemos, ganó la candidata que apoyó y que, sin dudar,
llegado el momento hará lo que el legislador le indique.
Así que no sabemos aún quién, pero aunque tendrá que ceder algo a las
“tribus” para mantenerlas contentas, Silvano tendrá el poder de decisión
respecto a quiénes serán los candidatos en el municipio y el distrito.
Desafortunadamente, aunque tiene operadores políticos y recursos (aunque
quién sabe si comparta estos últimos), no cuenta con un liderazgo o una figura
que pueda competir con éxito en las elecciones a nivel alcalde y diputado. Al
menos es lo que se vislumbra en este momento, aunque muchas cosas pueden
suceder.
Por qué, por ejemplo, ¿a quién se ve, perredista y allegado a Aureoles,
que pueda contender con éxito en una elección competida? ¿A Pascual Sigala otra
vez? ¿A Adrián López? ¿A Carlos Maldonado? ¿A la regidora Marisela Martínez?
¿Tendrá una carta bajo la manga?
-Ricardo Rojas-
No hay comentarios:
Publicar un comentario