Además de las erráticas actitudes
y decisiones de los representantes del Partido Acción Nacional en el Cabildo jiquilpense,
ahora resulta que estos representantes populares ni siquiera rinden cuentas de
su actuación a su Comité Municipal, cuyo presidente ha señalado sencillamente
que los regidores ni siquiera asisten a las reuniones partidistas.
Lo anterior tiene sobrada
justificación si se toma en cuenta lo que ha señalado en fechas recientes el
líder de los panistas jiquilpenses, Arturo Martínez Villaseñor, quien aseguró
que los actuales representantes de Acción Nacional en el Cabildo no fueron seleccionados
por el Comité local para integrarse en la planilla del ex aspirante Marco
Valencia, sino que fueron impuestos de manera directa por el Comité Directivo Estatal
del albiazul.
Para entender esta historia,
habremos de recordar que hace 20 años se fundó en Jiquilpan el primer Comité
Municipal del Partido Acción Nacional; sin embargo y de acuerdo con Martínez
Villaseñor, debido a los malos manejos, este órgano devino en una delegación
sujeta al Comité Municipal de Sahuayo.
Pero también hay que recordar que
por su propia cuenta, el Partido Acción Nacional nunca fue capaz de pesar de
manera real pese a que, entre sus candidatos en lo local, han figurado nombres
de verdadero peso específico como Alberto Novoa Gudiño, a la postre primer
presidente municipal en Jiquilpan por el PRD, o Juan José Gutiérrez Reynaga, entre
otros.
El PAN de Jiquilpan tuvo que
esperar a que Carlos Gómez, hoy satanizado por el panismo local, apareciera en
escena para que el partido pudiera dar el salto de calidad en el plano
municipal, lo que se vio reflejado ya en la última contienda, cuando Acción
Nacional forzó a definir la elección en la mesa del Tribunal Electoral del
Poder Judicial de la Federación.
Sin embargo, la historia reciente
del PAN obliga a dar la razón al actual dirigente, puesto que una de las
características de los representantes que logran colar al Cabildo ha sido el
renegar después de su origen azul, pues de los seis regidores que llegaron a lo
largo de las administraciones 2005-2007, 2008-2011 y la actual, al menos
cuatro, en su momento, se han desentendido de su pertenencia a Acción Nacional.
En el periodo 2005-2007 llegaron
al Cabildo René Signoret y Susana García; de ellos, Susana García se
desentendió de su origen partidista y abrazó la causa priista, según ella, por
el acoso sobre su persona por parte de los mismos panistas.
En la administración 2008-2011
fueron Carlos Reyes y Rocío Palomares los panistas que llegaron a Cabildo y, en
este caso, ambos, por cuestiones de dinero, decidieron renunciar a su
militancia panista, incluso don Carlos Reyes, de manera pública, solicitó su afiliación
al PRD.
En lo referente a la actual
administración, ni Jordan Naranjo ni Antonio Rodríguez han sabido, desde el
punto de vista de su dirigencia local, ser verdadera oposición en el Cabildo, y
menos servir como enlace entre las autoridades locales y la dirigencia
partidista.
En vísperas de cumplir los primeros
20 años de su activismo en la ciudad de Jiquilpan, el PAN tendrá que hacer un
severo análisis de su accionar en el municipio, puesto que si bien nunca han
gobernado Jiquilpan, tampoco han sabido ser una oposición creíble, al grado de
que el actual dirigente, Arturo Martínez, les ha calificado de meros comparsas
de la actual administración.
Pero en tanto Acción Nacional en
Jiquilpan no pueda tener plena confianza en sus militantes, poco podrá hacer
para ganar un municipio que representa el corazón de la izquierda y, sobre todo,
del cardenismo, ese cardenismo que irónicamente fue la ideología a vencer y que
originó el nacimiento de Acción Nacional.
La política en la Ciénega | José Luis Ceja Guerra | Ciénega
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