viernes, 22 de agosto de 2014

Huetamo en busca de alcalde



Dentro de la actual situación política que prevalece en el Ayuntamiento municipal de Huetamo, a una semana de que fuera detenida, trasladada a Morelia y después llevada a un penal de Zitácuaro la alcaldesa Dalia Santana Pineda, una nube oscura de tribulaciones y desconsuelos prevalecía en el ánimo de la mayoría del personal de ese Ayuntamiento,
 sacudido con fuerza por los avatares del destino, de tal forma que frente a las inciertas circunstancias un grupo de cinco autobuses repletos de simpatizantes de la mandataria huetamense partió a Morelia en pacífica manifestación, lo que les permitió externar su sentir frente a la Procuraduría de Justicia, mostrar sus mantas y pancartas, y desmentir las duras acusaciones presentadas contra ella, todo ello ante la figura de un subprocurador que los atendió. Con anterioridad, el pleno del Ayuntamiento encabezado por el síndico, Juan Carlos Mederos Sánchez; el secretario, Jaime Martínez Luviano, el cuerpo de regidores, funcionarios y jefes de área, también demostraron su afecto y fidelidad por la jefa, una mujer de afable carácter y reconocido don de gentes, la misma dama que en medio de las contingencias de septiembre pasado, frente al desastre ocasionado por el Río Balsas, no distinguió credos ni fronteras y lo mismo acudió en auxilio de damnificados del municipio de Huetamo, que del extremo opuesto de Zirándaro, y su fama de lideresa política en realidad nadie la discutía, sin embargo llegó una orden de aprehensión y el panorama político de Huetamo se ensombreció desde el 14 de agosto por la mañana. Dentro de lo que sucederá en el futuro para ocupar el cargo de mandamás de Huetamo, algunos prestigiados pitonisos, como los brujos de Catemaco, los saurines de Barrio Alto, los prestidigitadores de El Terrero y los adivinadores de Changata y El Tanque, señalan que han recibido a consultantes que buscan despejar el panorama de una pronta designación interina para ocupar la silla vacante de Avenida Madero Centro, y afirman que regidores del grupo de los Acosta (2) acudieron con Orihuela para saber si cuentan con su anuencia para lanzarse a la grande, que bien podría ser don Carlos, pero otros del grupo de Sedesol, al parecer auscultan en Morelia ante el delegado, Víctor Manuel Silva Tejeda, la posibilidad de que les toque la bolita, que bien podrán ser Jetzemaní Viveros, el profe Mere y por qué no, el propio Chilo Regalado, mientras que del grupo Suazo, que también cuenta con un regidor, bien que podría alianzar con Enrique Bautista, tal vez con el propio Cuauhtémoc Cárdenas o Fidel, para que el bueno fuera José Ángel. Sin embargo, dentro de la fracturada estructura priista, no se debe olvidar que el teniente de corbeta Fernando Cano Ochoa había sido el rival más fuerte que tuviera doña Dalia en las elecciones para la alcaldía de Huetamo, y que con el triunfo santanista, Cano Ochoa pactó su abultado número de votos obtenido para lograr de esa forma dos regidurías más, de tal forma que no sería extraño oír el nombre de Fernandón entre los posibles que barajara el Congreso, en caso de que el asunto llegue hasta allá, pero también está el nombre del ex alcalde tricolor Miguel García Jiménez, con buena amistad con el síndico Mederos, y si nos metemos a buscar nombres de personajes con perfil para ese cargo, ahí está el doctor Virgilio Reynoso Tapia, el pediatra Pancho Cortez, y de no ser porque ya ocupa el cargo de secretario general de la UMSNH, el paisano Alejo Maldonado Gallardo, también lo meterían los brujos en la lista. Sin embargo, tal como vaticina la bola de cristal de los adivinadores, se impone por encima de todos esos nombres la recia personalidad, discreción y trabajo efectivo del síndico Juan Carlos Mederos Sánchez, quien por su parte, también se pasa las noches en vela deshojando la margarita, ya que sabe de qué tamaño está el tremendo peso que significa ocupar la Presidencia Municipal de Huetamo. Potsdata: Por este medio nos solidarizamos con la familia Díaz Fajardo de Poza Rica, Veracruz, ante la sentida muerte del cura Quirabel, quien oficiaba en Cutzio y dejó testimonios de ser un cura alegre, revolucionario y amigo. (Qepd).
Ángel Ramírez Ortuño

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