viernes, 1 de agosto de 2014

Regresa el Desmodus rotundus



Esta semana de nueva cuenta regresó a las primeras planas el caso de la especie de murciélago hematófago conocido científicamente como Desmodus rotundus, nombre un tanto cuanto tenebroso que quiérase o no, en la memoria del pueblo evoca a recordar películas de terror donde el personaje central era Nostradamus, pero asimismo remite a los amantes del cine a ubicarse en Transilvania, en territorios donde se afirma en su novela de terror Brad Stoker que vivió el Conde Drácula, sin embargo de pasadita nos evoca también la sempiterna figura de Germán Robles, ese esquelético actor que se inmortalizó al encarnar a un señor vampiro mexicano. 
 
En Huetamo, de nueva cuenta salió a flote el problema del murcielaguismo, también ya conocido como vampirismo, y al charlar en corto el pasado martes con Jorge Arturo Arana Sandoval, con conocimientos de causa y rodeado de gente especializada, tomaba el toro por los cuernos y daba su punto de vista sobre lo ocurrido en la remota comunidad de Zacanguirete, luego de que un valiente ciudadano puso al tanto a los medios de comunicación de Huetamo, y sobre la marcha se visitó ese sitio para dar fe de lo que una docena de habitantes mordidos en el mes de julio narraban con preocupación y mostraban los recuerdos marcados por minúsculos dientes que mordieron a niños, mayores y ancianos, cuestión que encendió los focos rojos y con gran sentido de responsabilidad, autoridades de salud sanitaria estatal y autoridades municipales de Huetamo unificaban esfuerzos y de inmediato montaban una brigada de médicos veterinarios para ir hasta las propias cuevas del municipio para colocar trampas y aplicarles ungüentos que en días generan la muerte de otros murciélagos. ¿Qué es lo que pasa en Huetamo? Preguntamos a Arana Sandoval, y explicó que la multiplicación de este género de murciélagos se debe a cuestiones del cambio climático, por los desvíos de las fuertes corrientes de aire que empujan los huracanes y ciclones desde Centroamérica y el sureste de México, que permiten que las zonas montañosas de cuevas, ríos, cavernas y barrancas de la Cuenca Media del Balsas les den especial cabida en sus entornos, y por consecuencia multiplicar la especie de estos murciélagos hematófagos que se alimentan de la sangre del ganado que prolifera en los ranchos ganaderos de la Tierra Caliente, pero que en últimos tiempos, tal vez por la ya marcada escasez de vacunos, los quirópteros les ha dado por morder a pobladores de apartadas rancherías del municipio, sin embargo por el aislamiento de tales comunidades, poco o nada se sabía, sin embargo un inocultable antecedente ocurrido años atrás en una ranchería muy cercana de Zacanguirete, de nombre El Naranjo, sucedió una mortal tragedia que acabó con la vida de una niña, luego de que por alguna extraña circunstancia fue mordida por un murciélago infectado de rabia, y sólo hasta que la pequeña mostró síntomas del problema fue como llegó primero a Huetamo y después a Morelia, donde nada pudo hacer la ciencia médica por salvarle la vida. Ese negro capítulo ocurrido en El Naranjo, de alguna forma sirvió para alertar a las autoridades sanitarias del estado de Michoacán y del municipio de Huetamo, de que nunca más debería ocurrir una desgracia igual, y es de reconocer los esfuerzos que se hacen al respecto, sin embargo las narraciones de los pobladores de Zacanguirete son de que por las noches salen de las cuevas los chochos nocturnos y los muerden, por lo que deben contar con pabellones especiales o mejor no apagar la luz en toda la noche, so pena de ser mordidas más veces, y aunque parece algo de terrorífica novela, será necesario que personal altamente especializado retome el caso de lo que ahí sucede y se resuelve de raíz ese problema, mismo que se repite en todo el territorio municipal de Huetamo, y quiéralo o no, es necesario que se combata a fondo al terrible Desmodus rotundus, al que muy poco le importan los votos.
Ángel Ramírez Ortuño

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