viernes, 26 de junio de 2015

¿Quién es Elías Ibarra Torres?

¿Quién es Ibarra Torres?, se preguntarán los amables lectores de esta columna política, y les diré que es un doctor, un médico militar pediatra, bueno como el pan, amigable, generoso y buen amigo, y quien hace apenas unos diez años no tenía ni idea de lo que era la política y su concentración diaria era la de atender a cientos de niños en el Hospital Latino, y donde sin muchos esfuerzos tenía algunos ingresos mensuales de 60 mil pesos.
Pero un buen día llegaron los amigos políticos sonsacadores, como su compadre Javier Macedo Benítez, quien le contó maravillas del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y así, como no queriendo la cosa, ya estaba otro día en una huerta del centro de la ciudad con el líder perredista moreliano Uriel López Paredes, y sin más motivos que desmenuzar, había nacido un nuevo prospecto de la política huetamense, y de la noche a la mañana dejó a medias la pediatría para subir diversos puestos en el escalafón solaztequista.
Las buenas relaciones públicas de Ibarra crecieron dentro del perredismo local, se expandió a lo regional y estatal de tal forma que dado que a todos curaba gratis y daba consultas al aire libre, llegó el momento en que su popularidad le permitió, en 2008, jugar por la Presidencia Municipal, y vaya que logró su objetivo; sin embargo, aquella larga noche del reconteo final y cuando el resultado le había sido favorable, se fue a dormir sabiéndose presidente municipal, pero mientras tanto, la ingeniería mapachera tricolor trabajó como nunca, y en la madrugada se le informaba que siempre no gobernaría Huetamo. Ibarra Torres tomó las cosas con calma, valoró los tiempos y las circunstancias y dejó que las cosas siguieran su curso, mientras que por su capacidad en el campo de la salud ocuparía una responsabilidad en la zona 03 de Zitácuaro, desde donde empezó a tejer sus redes amistosas que abarcaban la zona fría y caliente, y después vendría la diputación local y maduró en el Congreso, luego se supo conducir con atingencia en los desastres de 2013 sobre los lodazales del Balsas, de tal forma que poco a poco entretejió el camino político y social que le propició buscar de nueva cuenta la Presidencia Municipal de Huetamo, misma que, como todo mundo sabe, ganó en las urnas de manera contundente.

Ese es un breve perfil del doctor Elías, el mismo que enfrentó con estoicismo una inmerecida guerra sucia, luego superó sereno la muerte de su señor padre y vivió otra larga noche de recuento de votos, pero ahora sí le sonreía la fortuna y el pueblo de Huetamo le brindó su confianza. Por eso hoy, en la antesala del arribo al Palacio Municipal de Huetamo, evento que será el día 1º de septiembre, de nueva cuenta se evocará ese mes, el que cubrió de tristeza la región con el desbordamiento de las corrientes del Balsas, y por eso reiteramos que no se borra de la mente de los damnificados de aquella tormenta tropical Manuel los duros días en que no nada más Ibarra Torres se batiera entre el fango y el lodo, sino también la siempre bien recordada ex alcaldesa de Huetamo, Dalia Santana Pineda, una mujer que se entregó a esa causa con abnegación y entereza sin medir espacios ni fronteras a la hora de entregar apoyos y despensas, luego de que la buena voluntad nacional enviara cientos de toneladas de víveres a los terracalentanos en desgracia, donde apareció en la prensa tanto la figura de Santana Pineda como la de Ibarra Torres dentro del agua, y esas imágenes quedaron impresas en la memoria colectiva, de tal forma que con tales antecedentes todo mundo espera que siga fija la buena voluntad del hombre, del médico militar, del pediatra, del legislador, del amigo y paisano que es Elías Ibarra, luego de que el voto le diera el triunfo que lo puso en camino a la Presidencia Municipal de Huetamo, donde se le espera con impaciencia.
Ángel Ramírez Ortuño | Huetamo

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