viernes, 24 de julio de 2015

Silvano en casa

Distinción especial para el municipio y ciudad de Huetamo fue la que brindó pleno de generosidad y paisanaje el gobernador electo de Michoacán, Silvano Aureoles Conejo, declarado ya por unanimidad: Hijo Predilecto de la Tierra Caliente del Balsas de Michoacán, territorio que lo vio nacer dentro de un marco de extrema pobreza que jamás lo arredró, y que ya entrado en razón lo llevó de alguna humilde ranchería del municipio de Carácuaro hasta Huetamo,
donde el pequeño gavilán empezó a desplegar sus alas y voló, voló y voló, rumbos de Zitácuaro, luego al mexiquense Chapingo que lo convirtió en avezado ingeniero, tal vez siguiendo los pasos del extinto Heberto Castillo, y de esa forma se consolidaba, de la mano con el naciente Partido de la Revolución Democrática, en la que se enlistó como soldado raso para recorrer la geografía zitacuareña que enseguida le permitió ser su gobernador. Aquejado por una operación que lo dejó en muletas, al pisar suelo huetameño exclamó que los disculparan porque venía, “chumbo”, “rengo” y “cuarrango”, pero que era tanto el amor que sentía por la región de Huetamo que con todo y muletas venía a pisar esta tierra de artistas, músicos y cantantes, tierra de pasiones y de sueños, de aventuras y retos, y que no se pudo contener al pasar por encima de las obras de construcción de la Presa de Chihuero, que decidió bajarse del “chacape” y caminar entre la tierra húmeda y mojada de ese paraíso terrenal, donde pudo percatarse de que había un nuevo intento de paro de labores si no se les pagaba de manera puntual a los cientos de trabajadores que ya rascan la tierra y se aprestan a colocar las cimentaciones que frenarán las corrientes que en el futuro darán vida, progreso y desarrollo al siempre triste, pobre y olvidado pueblo de Huetamo. Enseguida, Silvano ya estaba en el Restaurante Mi Ranchito, regiamente atendido por la familia De la Torre y como inicial actividad en el recorrido del primer municipio que visitaba como gobernador electo, que obvio es decirlo, fue Huetamo, dijo que había decidido que fuera con sus amigos de la prensa local, con los que compartiría el pan y la sal, en este caso un rico “aporreado” con tortillas del comal, para enseguida ofrecer una histórica rueda de prensa donde Aureoles habló de todo, seguridad, Mando Unificado, autodefensas, educación, salud, cultura, deportes y en especial recalcó que a pesar de que tanto a la prensa como a muchos paisanos terracalenteños les pareció una broma el tema de la construcción de una moderna carretera Huetamo-Morelia, recalcaba que era su deseo de que esa obra se construya en el periodo de su gobierno, dado que Huetamo requiere de eso y mucho más para despegar dentro de la economía y el progreso de Michoacán al estar tan cerca del Puerto Lázaro Cárdenas y contar con grandes reservas de agua como las del Río Balsas. El pequeño grupo de comunicadores de la prensa de Huetamo, por primera vez en muchos años nos sentimos como pavo reales, sobre todo por la indiferencia de que han sido víctimas por la actual administración que resiente como punzadura cada palabra o crítica que se hace sobre lo que hoy acontece, y que frente a Silvano se tuvo el arresto de enumerarle una lista de obras inconclusas que mantienen asfixiado a Huetamo, ya sea por acciones de corrupción o de nepotismo, como el que cabalga en la actual presidencia, y que de nueva cuenta le dio escozor a nuestro mandatario, quien sin pelos en la lengua lo señaló en una entrevista con Telecable de Huetamo. Es cuánto.

Ángel Ramírez Ortuño

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