Estaba dicho: a la reunión con
Andrés López Obrador acudieron más perredistas inconformes con sus procesos
internos que militantes formales de Morena, y es que al no cambiar
sustancialmente la ideología política, lo misma da, dicen, Morena que PRD.
Evidentemente y por el desgaste
natural, la visita de Andrés Manuel López Obrador a Jiquilpan no fue uno de los
eventos multitudinarios a los que el ex aspirante a la Presidencia de la
República está acostumbrado. Pretencioso sería decir, por parte de los
organizadores, que al encuentro acudieron las más selectas personalidades de la
izquierda cienegueña; al evento fueron los que se dieron cuenta de éste y, en
efecto, perredistas reconocidos, funcionarios municipales y de elección popular
acudieron a escuchar el consabido discurso contra La mafia del poder, el Pelele
de Peña Nieto y otras frases que son el lugar común del referente nacional de Morena.
¿Qué deja la visita de López
Obrador a Jiquilpan? Deja ver la real debilidad de la izquierda en esta parte
de la entidad michoacana, desnuda los intereses mezquinos que se esconden en
esta parte de la geografía ideológica del ser humano.
En suma y vistos los hechos, la
izquierda se sostiene en el poder en algunos municipios merced a los acuerdos,
a la compra-venta de conciencias más que por convencimiento propio; no hay
gratitud en la izquierda. Aquellos que en el pasado proceso electoral se
colgaron de la bandera lopezobradorista para ganar algunos votos, se quedaron
en la esquina, viendo de lejos los intentos por conformar una organización
política que, hasta que no se consiga el registro formal, está condenada a ser de facto una corriente más del PRD.
Pero en fin, mientras AMLO busca con desesperación la
conformación del partido político que le permita una nueva aventura por la
Presidencia de la República, se dio el tiempo para hablar de Michoacán y sobre
todo el tema del interinato en el gobierno michoacano, fiel a su costumbre, el
tabasqueño dijo lo que el pueblo quería oír y lo que los congresistas
michoacanos no se han atrevido a aceptar “El que quiera Peña Nieto, ese es el
gran elector en Michoacán, Peña Nieto y eso lo sabe la gente”.
Existen sin embargo varias
lecturas sobre la presencia de funcionarios municipales y de elección popular
del PRD en el evento de López Obrador, ésta quizá obedeció a un afán de
vigilancia para establecer la relación de fuerzas en cada uno de sus
municipios, existe también la posibilidad de que hubieran estado ahí con la
firme intención de cambiar de camiseta, sin embargo, la presencia de los medios
de comunicación inhibió su intención pues es bien sabido que los cambios de
camiseta se dan en espacios cerrados, lejos de la inoportuna vista de los
comunicadores o de aquellos líderes que después pudieran reclamarles.
Casualmente, la visita de
Andrés Manuel López Obrador se da con motivo de la toma de protesta de los comités
ejecutivos municipales de Morena de Jiquilpan y Sahuayo, municipios donde las
fracturas entre los grupos perredistas son más que evidentes después de la
jornada interna del 7 de abril en la que se hizo gala de aquellas prácticas de
clientelismo político que fueron satanizadas en los orígenes del perredismo
nacional.
Durante su discurso, AMLO habló prácticamente de todos los
temas de la agenda nacional, del avión del presidente de la República, de la
Cruzada contra el Hambre y mil cosas más; extrañamente no hizo referencia al
tema de los funcionarios de Sedesol suspendidos por presuntas operaciones con
fines electorales, quizá se debió a que Rosario Robles es la cabeza visible de
este entramado, luego entonces, aunque sea en retórica, sí hay lealtades y
agradecimiento en la izquierda mexicana.
-José Luis Ceja Guerra
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