La política en la Ciénega
Al parecer la
actividad política entra en un compás de espera en tanto se da el relevo en las
cámaras que componen en Poder Legislativo nacional, mismo compás que sufren
aquellos habitantes de esta región a quienes les fueron ofrecidos puestos en el
gobierno federal a cambio de su apoyo.
Sin embargo, y a
riesgo de estar rotundamente equivocado, parece ser que de la región Ciénega de
Chapala el único que podrá presumir durante los próximos años “charola” del
gobierno federal será el todavía diputado federal Ricardo Sánchez Gálvez,
recordado más que por su labor legislativa, por haber abandonado la bancada y
las filas de Acción Nacional, partido que lo postuló a la diputación federal
por el Distrito de Jiquilpan, para sumarse a las filas del PRI y convertirse en
uno de los motores de la campaña de Enrique Peña Nieto en varias regiones del
país.
Fuera de él, es
poco probable que algún otro nativo de esta región ubicada entre el Lago de
Chapala y la Sierra de Jalisco-Michoacán pueda escalar a puestos de relevancia
en la próxima administración federal, aún y cuando algunos aseguran tener hasta
compromisos firmados ante notario para empezar a cobrar en las grandes ligas.
En anteriores
entregas señalamos el misterioso y turbulento caso de la autorización de una
cantina en una de las cabañas del Bosque Cuauhtémoc, que es parte de las áreas
naturales protegidas de Jiquilpan y no fue el detective Héctor Belascoarán
Shayne quien lo resolvió.
La maldita pero
divertida costumbre de los funcionarios municipales de creer que nadie entiende
de lo que hablan entre ellos, permitió que un destacado lustrador de calzado de
este municipio diera con la punta de la madeja; resulta que el permiso de esta
cantina fue autorizado al departamento de Protección Civil de este municipio en
el marco de la colecta anual para recabar fondos, sin embargo aunque el permiso
fue autorizado para esta benemérita organización, quien lo explotó fue un
funcionario municipal con área operativa en esta área arbolada; nunca mejor
aplicada aquella sentencia de “no me den, nomás pónganme donde hay… del resto
yo me encargo”.
Y mientras llega
el tiempo, muy lejano todavía, de renovar poderes municipales, en algunos
municipios comienzan ya a quitar las piedras del camino, y en municipios donde
el PRI es gobierno han solicitado ya a las dependencias estatales que comiencen
a removerse los vestigios de la administración godoyista, sobre todo en el
Sector Salud, como el caso del Centro de Salud de Venustiano Carranza, en el
que ante las insinuaciones sobre su destitución, el director Arturo Gutiérrez
en un acto de dignidad se anticipó y presentó su dimisión al cargo.
Y es que en el
concierto local parece ser que el joven galeno pudiera ser la única posibilidad
de que el PRD recupere el gobierno municipal en Venustiano Carranza, donde se
maneja el posible regreso del ex edil Hugo Mejía Zepeda y de Édgar Gil, ex
precandidato por el sol azteca.
En Marcos
Castellanos también se dan este tipo de actos, pues desde el inicio de la
actual administración local el edil Jesús Bautista Álvarez, emanado del Partido
Acción Nacional, ha venido señalando la enorme deuda heredada de la anterior
administración municipal priísta, aunque estas declaraciones bien pudieran ser
una cura en salud ante el difícil panorama que enfrenta este municipio.
En Jiquilpan y
Sahuayo las nuevas autoridades municipales han decidido tener mesura en el
sentido de exhibir a las anteriores administraciones en cuanto a posibles
adeudos, veremos qué pasa en cuanto los recortes presupuestales comiencen a
doler y a lo mejor al apretar el cinturón tengan que aflojar la lengua.
José Luis Ceja / Ciénega
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